Con 21 goles en sólo 14 partidos en el Infantil A, no es de extrañar que el Barça quisiera ascenderlo a un equipo mejor, que era el Cadete B. Lamentablemente, por motivos burocráticos, no se le permitió jugar ningún partido oficial en el equipo, pero sí amistosos. El amistoso más importante (y su partido más importante) de esa temporada fue contra el Parma por la prestigiosa Coppa Maestrelli.
Antes del torneo, Messi no solía hablar con sus otros compañeros. Eso fue hasta que llegaron al hotel y los cuatro capitanes del equipo decidieron gastarle una broma: Piqué sacó todo de su habitación para simular un robo. Su única reacción fue llevarse las manos a la cabeza. Entonces los capitanes le dijeron a Messi que era algo que siempre hacían a todos los jugadores nuevos.
Luego, llegó el momento de enfrentarse al Parma en el torneo. Su primera acción principal del partido fue regatear a un jugador del Parma, hacer un buen centro al área y dar una asistencia a uno de sus compañeros. Después, recibió un balón a pocos metros del área que, tras superar a un jugador del Parma, remató a la portería, intento que fue salvado por el portero. Su siguiente jugada fue correr hacia el área, superar a un rival y recibir una entrada dentro del área.
A continuación, realizó una buena jugada de presión en la que estuvo a punto de hacerse con el balón, pero acabó cometiendo una falta, y no mucho después, marcó un gol de cabeza tras un buen centro de un tiro libre. Antes del final de la primera parte, puso a un rival en el suelo y también hizo un pase clave. En la segunda parte, hizo un pase clave, le bloquearon un tiro y el árbitro le anuló una situación de gol por la falta que había recibido poco antes. Luego, para cerrar el partido, hizo algunos regates más, y el partido terminó ahí, en una victoria del Barça. Aquí está su actuación en vídeo:
Fue el máximo goleador del torneo y también el mejor jugador. Después de esa experiencia, y de lo que ocurrió también en el hotel, se abrió mucho más, incluso soltando bromas, muy diferente de lo que era antes, donde era muy tímido. Era evidente que había roto su caparazón, no sólo como jugador, ya que tuvo una actuación tan buena en un torneo importante, sino también como persona.
La temporada siguiente fue ascendido al Cadete A, y llevó a su equipo a ser el mejor cadete de su historia, ganando todas las competiciones y ganando también algunos partidos por amplios márgenes, por lo que también ayudó a largo plazo. Hubo muchos partidos que le definieron como jugador a lo largo de su carrera, pero éste fue quizá el primer partido importante, ya en La Masía.
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